Decidimos comer unos entrantes y unas mariscadas para 6 para tratar de probar casi todo lo típico de la comida de este sitio. Está ubicado en el Barrio Pesquero, un sitio de obligada visita en Santander por sus numerosos restaurantes y su zona de cañas y rabas.

Comenzamos con un ya mítico pudin de cabracho, el plato ideal para comenzar untando un poco como dice nuestro gran Chili. Estaba bueno así que dimos cuenta de el en pocos minutos.

Continuamos con unos chipirones encebollados que personalmente pienso que estaba muy ricos servidos completos sin trocear y con un poco de pimiento verde y con cebolla. Realmente buenos.

Después elegimos un clásico de Cantabria como son las clásicas rabas. He de reconocer que estaban ricas pero sin pena ni gloria, se pueden encontrar mejores tranquilamente.

Como último entrante elegimos el que para mi gusto fue el mejor. Unas almejas a la sarten servidas con su poquito de aceite y ajo. Estaban muy frescas y sabían super ricas. Todo un acierto!!

Ya como plato estrella pedimos 3 mariscadas para dos personas, que junto con los entrantes fue suficiente comida para todos. Éstas como se ve en la foto, se servían en unas bandejas de metal con un bogavante a la plancha, una masera (o buey de mar para la gente de fuera de Cantabria), cigalas y gambas a la plancha y unas cuantas almejas mas. La ración sin ser espectacular de grande es muy decente y da una buena muestra del rico marisco del norte. Hubo algunas que casi no pueden esperar por probarla!!!

Todo lo comimos regado con un poco de agua y unas botellas de rico verdejo. Algunos pidieron postre, yo entre ellos, y otros café. Total nos salio todo por 35 euros por cabeza que es un precio muy asequible para lo que comimos.
Como postres elegimos sorbete de limón, arroz con leche, leche frita, tarta de queso con arándanos y pudin de queso. Todos estos, menos el sorbete de limón (por motivos obvios) y la tarta de queso, eran caseros y todos estaban bien buenos.

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