Salimos a cenar a uno de los míticos lugares santanderinos, como es el restaurante Rhin en Santander (el que se encuentra en la playa).Este establecimiento era hace unos años un sitio conocido, pero últimamente no tenia demasiada buena fama,por lo que había perdido mucho de su clientela a pesar de estar enclavado en la Playa del Sardinero.Nos pasamos debido a que había habido un cambio de dueño y ahora se llama Restaurante Maremondo.
El sitio esta muy bonito decorado y tiene una cristalera enorme desde la que se tienen las vistas de la playa y el mar, el marco es incomparable. La atención también fue muy correcta, mientras esperábamos a ser servidos nos ofrecieron de aperitivo que un salpicon de marisco con un buen cacho de pulpo, langosta y langostino, un bocado muy rico por lo que me arrepentí de no haber pedido salpicon....cosas que descubres luego.

Para cenar elegimos la opción de un par de entrantes para los 5 y un plato por persona, comentar que la carta no era demasiado amplia, así que no había demasiadas cosas originales para comer ni para picar, un fallo porque de fuera de carta tampoco tenían nada, solo una etiqueta con sugerencias, pero estas para mi eran platos muy comunes.
Pedimos una ración de pulpo a la gallega, la ración estaba bien, sin ser demasiado amplia al menos estaba en lo normal y sin el mítico fallo de ponerte patata a saco con cuatro cachos de pulpo estirados....el pulpo muy rico, tierno y con su punto de aceite, sal y pimentón justo, que hay veces que te lo sirven al baño maria y desmerece mucho el sabor de este.

Como ultimo entrante pedimos una ración de gambas a la plancha, que sin ser gambas de Huelva estaba muy ricas en su punto de sal y la verdad, es que la ración estaba muy bien de tamaño, todo un acierto!

Pasamos después a los platos principales, donde nos dividimos en carnívoros y piscívoros.De carne hubo mas diversidad, entre las sugerencias se encontraba un plato de venado estofado, que es un clásico y para estas fechas que empieza a hacer frio es un buena elección. Vino acompañado de unas patatas fritas y si bien la ración no era muy abundante, la carne estaba muy sabrosa y la salsa también.

Pedimos también otra de las recomendaciones que eran las chuletillas de lechazo, no es una gran sugerencia en cuanto a que es un plato poco elaborado y muy común, pero bueno, estaban ricas pero algo sosas y para mi gusto muy poco hechas, por lo que yo elegiría otro plato.

El plato estrella fue el chulenton de 1.2 kg que pidió mi hermano (ese día no debía de haber comido), y que estaba francamente bueno, la presentación sencilla pero la adecuada, unas patatas fritas,un poco de pimiento rojo asado, unos pimientitos de padrón y el chuleton servido con el hueso suelto y la carne en tiras para facilitar el ponerte gocho enseguida....comentar que la carne en su punto y muy tierna.

Como plato final principal pedimos merluza rellena de centollo en salsa verde, la verdad una gran decepción, deberia haber pedido carne: la merluza un poco sosa y eso contando con que el centollo es un precioso animal de compañia muy salado (por los chistes ke cuenta,como este:"que le dice una foca a su madre? .......................hey, you, mother foca!!") , me pareció un poco extraño, la salsa también un poco floja, estaba presentado con unas gambas y unas almejas,creo que no hice buena eleccion.

Al terminar pedimos postre y nos enseñaron un carrito lleno de tartas para que tu mismo decidas que tarta es mas apetecible.El carrito era de dos plantas luego había bastante material para los golosos, dos personas se decantaron por una tarta de queso, tenia pinta de casera y la verdad es que no defraudo con un poco de mermelada por encima no necesitaba nada mas, muy rica y recomendable.

Los otros tres como no podíamos con nuestra vida nos decantamos por un sorbete de limón al cava, y cual fue nuestra sorpresa cuando nos trajeron un copón enorme lleno de un poco de sorbete con un lingotazo de cava digno de Masiel y su la la la. La verdad demasiado cargado, así que fue muy duro terminárselo.

Todo esto lo regamos con un viña Tondonia Reserva y con agua, total 39 euros por cabeza, un precio un poco elevado para lo que comimos la verdad, no en tanto a la cantidad sino en la calidad, yo creo que hay mejores opciones en Santander.Eso si,la vistas increíbles.
Por ultimo comentar que tienen actuaciones de música en vivo que va cambiando según las fechas, es algo que no me gusta nada para cenar o comer porque no se puede hablar tranquilamente y en este sitio ademas la música estaba demasiado alta, por lo que hubo momentos en que había que chillar un poco para hacerse oír.
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