El restaurante parece a primera vista muy pequeño, pero es debido a que tiene otro salón interior, con lo que alcanza un tamaño mas aceptable para no ser una autentica ratonera. Reservar suele ser lo habitual, pero cuando fuimos nosotros había bastantes mesas libres aun. Supongo que es lo que tiene la crisis!.
La carta la verdad no es especialmente amplia pero tiene bastantes cosas donde probar un poco de la comida escandinava. Al final como fuimos 6 nos decantamos por probar 3 entrantes diferentes y un plato cada uno. Lo habitual para probar un poco de todo.
Comentar que antes de empezar a comer/cenar, en la carta tenemos chupitos... No se, será que en esas latitudes hace mucho frió o que les gusta empinar el codo mas que a los españoles. Así que para mimetizarnos elegimos un chupito con el nombre sugerente de un gran político escandinavo... Gorbachov????. Pues si amigos, el buen calvete ruso, lo teníamos en un restaurante sueco, muy curioso si señor.
El chupito consistía en una cucharada de "Caviar". Un pequeño inciso, es que de caviar era bien poco, mas bien eran huevas de lumpo de las normalitas. Pero bueno aceptamos barco. Luego estaba el chupito de Vodka Absolut Citron y un poco de limón. El tema consistía en cucharada, chupito y limón. El problema cuando lo probéis es saber que hacer. ¿Se tragan las huevas antes de meter el chupito? o ¿es un mejunje todo a la vez...?. Lo que hice yo es "to pa dentro" y que sea lo que dios quiera. La verdad es que la mezcla estaba super rica. Muy interesante el chupito!.
Una vez entrados en calor pasamos a los entrantes. Comenzamos con uno sugerente que era, 3 tipos de arenques suecos y huevo con caviar (ya sabéis lo que pienso de este "caviar") acompañado con un chupito de aguardiente típico sueco. Siendo sinceros, la ración es casi por mojarte la boca, porque venia servido en unos mini cuencos donde en otros sitios te ponen las salsas para la carne. Aunque he de reconocer que estaba riquísimo ya que cada forma de preparar el arenque era mas rica que la anterior. Una sorpresa para el paladar, aunque como comento muy pequeña la ración.
Como ya habéis visto de otras ocasiones somos unos buenos carnívoros, así que decidimos que los arenques ya teníamos bastante pescado en los entrantes. Así que al turrón y a tratar de probar otro pequeño y riquísimo animal. Para ello elegimos carne de reno y champiñones cremosos servidos sobre tostada. Este plato me encantó porque la carne estaba super rica y muy tierna. Venia en un cuenco y con unas tostadas de pan de molde para servirlo en la tostada y comerlo. El mejor de los entrantes para mi gusto.
El último de los primeros platos fueron unos rollitos de alce ahumados rellenos de queso fresco y acompañados de calabacín marinado. A primera vista la carne parece casi cruda pero realmente tiene un sabor super bueno, con una textura muy suave, y que junto con el queso hace una muy buena combinacion.
Ya pasamos después a los platos de cada uno. Ahí no hubo mucha innovación. Tres personas pidieron un magret de pato a la naranja con anacardos. Este plato lo probé y estaba delicioso, sin demasiada grasa, en su punto la carne y con un sabor muy bueno.
Otro comensal pidió un rodaballo a la parrilla con salsa de marisco. Como se aprecia en la foto, tenia una pinta más que apetecible, y el que se lo devoró quedó encantado.
Yo pedí un riquísimo salmón con langostinos vestidos de bacon con salsa cremosa de pimientos de piquillo. Éste nombre tan largo encubría un plato mas bien simple pero muy bueno. El salmón hecho a la plancha con la salsa por encima, sin ser una delicia culinaria, la verdad estaba muy rico, muy suave y muy tierno. En cuanto a los langostinos... Pues eso, envueltos con una loncha de bacon... Vamos que se los ahorran y me quedo igual. Aún asi, es un plato recomendable.
Para compartir en medio de la mesa, nos sirvieron dos cuencos con patatas fritas y patata cocida que cada uno se servia al gusto. Un detalle que no es ninguna pasada pero que la verdad se agradece y me gustó.
Llegan los postres para terminar la cena. Carta no demasiado amplia, pero con alguna curiosidad y desde luego todos muy ricos. Me encantaros. Yo pedí una pannacotta de chocolate blanco con coulis de frambuesa que estaba riquísima. Aunque la coulis era un poco de mermelada de frambuesa, la pannacotta no era nada empalagosa, muy suave y hacia un buen conjunto. Una gran opción.
Pedimos también una clásica cheesecake con frambuesa polar con salsa de toffe Aunque tiene un nombre muy espectacular eran una tarta de queso con algo de toffe y frambuesa. Buena pero no espectacular en cuanto al postre en si.
El otro postre que pedimos era el mas original. Estaba muy bueno pero fue claramente una jugada de riesgo que pidió uno de nosotros. El nombre era helado de regaliz salado con naranja. Éste nombre tan duro escondía un helado muy rico y sabroso, con un sabor sorprendente. Un acierto sin duda.
Para poder pasar toda esta comida y encima quitarnos un poco el frío pedimos un par de botellas de agua y una botella de vino Gran colegiata.
Por último comentaros que el sitio tiene una pagina web muy chula donde cotillear todo lo que os he dicho, ademas de la dirección y otros datos de interés.
www.restaurantecollage.com
La dolorosa, fue un tema sorprendente. Pensé que nos iban a dar una cuchillada más profunda, pero salimos a 30 euros por cabeza. Un precio muy asequible para lo que comimos.
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