De nuevo aprovechamos unas grandes amistades en esta ciudad, para conocer un nuevo restaurante. Esta vez fue recomendado por un compañero amante de la buena gastronomía, por lo que no dudamos en desplazarnos 6 personas desde Cantabria.
El restaurante en cuestión lleva muchos años en funcionamiento y está regentado por un agradable matrimonio. Es un restaurante clásico de barrio, no muy grande, con una barra de bar pequeña, sin otros comercios alrededor dedicados a la hotelería, lo que hace dificil que sea conocido. Recientemente el hijo se ha hecho cargo de la cocina introduciendo unos menús degustación nuevos que fuimos a conocer.
Bien es cierto que el local desde fuera no invita a entrar a comer un menú degustación, más bien llama para tomar una caña, y además para los que no sois de Vitoria está un poco escondido pero fácil de llegar. El comedor es amplio, como para unas 40 personas, ideal para comidas o cenas de empresa en estas fechas tan indicadas. Os dejo una foto de la entrada con dos de las comensales.

El menú degustación consta de 4 entrantes y de segundo puedes elegir entre 6 platos, o si prefieres un "mitad y mitad" que te sirven rape y solomillo, para que no te quedes con ganas de ninguna de las dos.
Los 9 del grupo decidimos elegir el segundo plato. Además el menú incluye vino de año de la Rioja Alavesa, pero como somos grandes amantes del vino, decidimos salirnos de carta y tomar un Campillo crianza que por supuesto no defraudó, a juzgar por el número de botellas que se bebieron.
Comenzamos con un aperitivo de la casa, que constaba de una tosta de champiñones en salsa con un poco de perejil. Sabroso, buena manera de comenzar la comilona.

El primer entrante era foie con caramelo de módena y tostadas. El caramelo de módena le daba un toque especial al plato y hacía que el foie estuviese más sabroso.

Seguimos con lasagna fría con muselina de piquillos. Plato curioso. A un par de comensales no les gustó, pero por lo general creo que fue bien aceptado. La muselina de piquillos estaba muy fina y era un buen acompañamiento. La lasagna constaba principalmente de palitos de cangrejo, alguna hoja de lechuga, una mahonesa muy ligera..., en definitiva recordaba al contenido de un sandwich vegetal.

Lo siguiente fue ensalada de bacalado con pasta de aceitunas. A mi personalmente el entrante que más me gustó. Bien es cierto que llevaba pimiento morrón, que es un ingrediente que no se me pasa. El bacalao estaba muy tierno y la pasta de aceitunas muy lograda .

Por último nos sirvieron habas con jamón y bacalao al pil-pil. Este plato fue otro de los que hubo diferentes opiniones, pero a nadie le dejó indiferente. No se me olvide comentar que las cantidades de los entrantes estaban en su justa medida, cada uno de estos platos se compartía entre tres.

La elección de los segundos fue fácil, pero voy a detallar todos los que había para futuros comensales:
-Merluza en salsa verde con almejas.
-Merluza a la plancha.
-Solomillo a la plancha con salsa de vino.
-Pimientos rellenos de setas y hongos.
-Pimientos rellenos de rabo de toro.
-Pencas rellenas de bacalo al pil-pil.
Entre estas variedades, la gran mayoría se decidió por el solomillo a la plancha con salsa de vino, que parece que estaba a su gusto, a juzgar por lo que quedó en el plato. Estaba acompañado por patatas panadera, muy tiernas (en Álava no podría ser de otra manera).

Uno de nosotros eligió la merluza en salsa verde con almejas, destacando que la salsa verde estaba deliciosa y la cantidad de almejas era quiza un poco escasa.

Y el plato estrella fueron los pimientos rellenos de rabo de toro. Tuve la suerte de elegirlos, una maravilla para el paladar, todos los comensales los probaron y estaban de acuerdo. No dejeís de pedirlos.

Como todo buen menú, al final hay una degustación de postres. Cuatro postres a compartir. Empezamos con una mousse de mandarina, a mi parecer muy rica, muy fina y con gran sabor a mandarina, que al final la mousse muchas veces pierde lo principal que es el sabor; este no es el caso.

A continuación vino el otro plato estrella de la comida, cucharita de sorbete de violetas. No se si todos conocereis los caramelos de violetas que venden a granel, pues el sorbete tenía ese mismo sabor, una delicia. Hasta nos dejaron repetir este postre a las privilegiadas.

Al sorbete le siguieron unos rollitos de nata con chocolate caliente espolvoreados con canela, que yo personalmente ni probé porque quería quedarme con el sabor de la violeta.

Y por ultimo Souflé de chocolate. A este no me pude resisitir, y como era de esperar estaba muy bueno, con el chocolate derretido por dentro como debe ser. Al igual que la mousse de mandarina iba acompañada de un pedazo de carambola, una fruta exótica que a su corte transversal es una estrella de cinco puntas. Su pulpa es jugosa, un poco fibrosa y muy ácida.

El precio de este menú degustación es de 30,05 euros sin I.V.A., precio muy asequible y acorde. Nosotros pagamos "algo" más, porque nos salimos de la carta de vinos y porque finalmente acabamos tomando chupitos y copas en el restaurante, y eso evidentemente engrosa la cuenta, pero también demuestra que uno se encuentra a gusto cominedo en este local.
No quiero acabar la crítica sin mencionar el excelente trato de la camarera, que además me facilitó algunos datos, revista incluida, para poder hacer esta crónica. Y tampoco sin agradecer al cocinero su dedicación y que al final saliese a saludarnos.
Es evidente que la conclusión, es que es un restaurante recomendable. No os dejeis llevar por la apariencia...
CALLE PINTOR SALVADOR AZPIAZU, 12 VITORIA-GASTEIZ (Álava) Teléfono: 945229894