jueves, 20 de enero de 2011

Restaurante Marisquería Marucho (Santander)

Estas navidades hicimos nuestra clásica comida de navidad en un sitio muy conocido en Santander por la frescura de su marisco. Es un local con un comedor pequeño con mesas con mantel de papel en frente de la barra y poco más. La calidad del producto, es lo que les ha hecho un sitio ampliamente recomendable durante todos los años que lleva abierto, y ya son muchos.

Nosotros fuimos con un menú medio cerrado. Tuvimos que ir tarde, ya que una peculiaridad del sitio es que no reservan mesa y éramos 12 así que un poco complicado comer pronto.

Comenzamos con un plato que gusta a todo el mundo. Siempre está bien empezar una comida hablando mientras vas untando panecillos con pudin de cabracho y un poco de mayonesa. Muy rico y con un buen sabor.


No podíamos hacer una comida de nuestro grupo sin pedir unas rabas, es algo que siempre está rico y que nunca sobra, más en una comida con muchas personas y platos para picar. Muy ricas y claramente de calamar, con sus tentaculillos y cuerpos troceados, sin demasiado aceite, algo que se agradece.


Después vinieron una gambas a la plancha. Perfectas, no demasiado hechas de forma que la piel salía sola y con su punto de sal. Muy ricas un sabor muy fresco, no dudéis ni un momento en pedirlas.


El último entrante que nos sirvieron fueron unas almejas a la marinera. Fue el que menos me gustó, demasiada harina en la salsa que la hacía un poco pesada. Las almejas muy ricas y con mucho sabor, pero quizá a la sartén habrían sacado todo su potencial.


El plato principal fueron unos centollos de un tamaño muy majo. Estaban riquísimos, preparados en su punto de cocción y sal. Se nota mucho los años de trabajo de este sitio, la preparación de la carne del centollo en la cáscara, impecable. Y la cabeza estaba mezclada con huevo duro. En algún restaurante me he encontrado la cabeza sin preparar y no tiene nada que ver. Por supuesto fue el rey de la comida y para mi totalmente indispensable.


Una vez terminado el centollo, no pidieron nota de los postres que era lo único que no teníamos cerrado y ahí si que hubo diversidad. Yo pedí algo sencillo, un sorbete de limón al cava, rico y fresco.


También pedimos tarta de queso, casera como todos los postres. Un pedazo muy grande y no demasiado bueno, la verdad es que este postre no gustó mucho.


Otro postre fue un flan de la casa. Éste en cambio, si que debía estar muy bueno por lo que dijeron y por lo poquísimo que duró en la mesa.


También pidieron un arroz con leche. Bueno pero sin más. Venía servido con el bote de canela para poder echarte la cantidad que quieras.


El último postre que pidieron fue esta locura de chocolate que veis en la foto. No se quién se invento ésto, pero tenía un buen lio en la cabeza. Unicamente recomendable para los muy golosos, dijeron que estaba muy rico, la verdad.


Toda la comida estuvo regada por un buen albariño, pedimos el que nos recomendaron, que era el de la casa. Estaba muy rico y de precio ajustado así que nos pareció una buena elección.


Al final pedimos una copa cada uno y todo nos salió por 45 euros persona, que contando las botellas de vino, que fueron muchas y la copa no me parece un precio elevado.

Quiero comentar que los camareros no fueron lo más atentos y agradables que uno esperaría, quiza por la hora, sin embargo la dueña fue muy atenta y educada así que no nos ensombreció la comida. Como se ve en la foto otro año todos juntos y felices.


Mapa

1 comentario:

  1. Campanaaaaaa sobreeee campaaaaaaahana, y soooobreeeee caaaaampppaaaaaanaaaa uuuhuuunaaa!!!

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