En cuanto a la comida se puede disfrutar de un económico menú del día, raciones variadas o pescado recién sacado sacado del mar. En nuestro caso disfrutamos los siguientes platos:
Una ensalada de bacalao confitado. Abundante y muy rica. Perfecta para compartir.
Unas croquetas de magano con su bechamel negra. Siendo como somos unos auténticos fanáticos de las croquetas diremos que estaban de primera.
Unos maganos encebollados con sus patatitas que volaron del plato. Me encantan.
Unas colas de santiaguiño a la plancha. En este caso fue un capricho que nos dimos y cumplieron sin llegar a ser espectaculares.
Varios comensales se decidieron como plato fuerte por unas alubias con bacalao. Tenían una pintaza de las buenas. Las probé y resultaron bien buenas pero diría que el bacalao estaba un pelin enmascarado por el sabor a pimentón.
Por otro lado otros nos decantamos por un fresquísimo jargo para compartir. Una maravilla. Nada aceitoso, en su punto, con sus ajitos fritos y su ración de patatas. Lo que mas me gustó de la comida sin duda.
De postre pedimos: un brownie, un arroz con leche casero, un yogurt natural casero, un heladito de fresa y una tarta san marcos. Todos muy buenos, ya fueran caseros o no.
Como acompañamiento líquido elegimos un par de botellas de albariño Do Ferreiro. Nunca falla. En este caso no se trataba del increible Cepas Vellas pero fue perfecto para una comida informal entre semana.
La verdad es que quedé gratamente sorprendido. Comimos muy bien, el sitio es muy acogedor, nos atendieron estupendamente y por un precio de 33 euros por persona, que teniendo en cuenta que también nos tomamos una copita no esta nada mal. Me quedo con ganas de repetir la verdad.
Gran sitio, yo he ido varias veces y me encanta, tanto para comer como para simplemente unas raciones.
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