miércoles, 30 de junio de 2010

Casa Genio (Sarón)

Para una que acostumbra a pasar el verano con el air conditioner a todo full, un sábado tontón chispeando y con fresquete se convierte en el día perfecto para pegarse un homenaje de carnaza roja y chichas diversas. Un buen lugar para ello es Casa Genio, restaurante cántabro situado en Sarón, de esos restaurantes de toda la vida con sus cortinas de bordaditos pasiegos y paredes de piedra y ladrillo.

Lo primero al entrar es ojear el ambiente, paisanos con el vermuth de mediodía, familias con cochecitos y niños berreando en el comedor y algún grupo de amiguetes. Y allí que nos sentamos y empezamos a ensalivar mientras nos preparábamos para la carrera de fondo.

La carta, tan tradicional como el sitio en si mismo, ambienta los platos en recetas de toda la vida del Valle de Cayón, básicamente podría decir que nos emocionamos tanto que el camarero nos quitó un plato de la selección porque nos habíamos pasado 4 pueblos. Al final, y a pesar de las recomendaciones del que nos sugirió el gentil lugar, nos decidimos por las croquetas, las mollejitas encebollás y la carnaza. Yuuuuhu!

Pues todo estaba muy rico, aunque hay que decir que las croquetas caseras estaban un poco faltas de carne,


pero cuando llegaron las mollejas salió la churripandi que llevamos dentro y empezamos a mojar la salsita, Veáse la cara de satisfacción de alguno…jaarrr


Amén de las jugosas mollejas de inocente corderillo, había que hacer sitio, muuuuuuuuuuucho sitio, porque habíamos elegido el gran plato: ER CHULETÓN!


No hay fotos de pre, porque el camarero nos lo había enseñado previa sartén y para hacer idea del tamaño, a mi me recordaba a los chuletones que le pasan por la cabeza a Homer Simpson. Lo único es que elegimos chuletón de buey y parece ser que la carta está tuneada, porque donde dice “buey” en realidad quiere decir “vaca vieja”. Vaca vieja!!! Ahí, con toda su grasa vieja que yo me comí! Veáse la cara del comensal al descubrir el origen cárnico.


Pero estaba muy rica, eso sí. Un chuletón de bandera.

Nuestro querido y crítico culinario Gonzalo pidió cordero lechal.

Y así para disimular de hombre sano se decantó por un postre ligero y digestivo, sorbete de manzana. Como el que pide para merendar un trozaco de tarta y al café le echa la sacarina.

Nosotros ya no podiamos ni movernos al cuarto de baño, así que de perdíus al ríu, y tarta de queso casera para coronar.


Creo que engordé 3 kilos en una tarde, pero salí más feliz…

Somos la vaca vieja y yo. La vaca vieja es la de la derecha.

Y hasta aquí, queridos amigos, la crónica culinaria de hoy. Chinpún!

6 comentarios:

  1. Y no dices nada de la apuesta? El guarrichelo nos la cobró aunque fue empate!

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  2. Ey, contar la apueta! Gran crónica Marga, muy divertida!

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  3. Vamos a ver la apuesta fue ganada honestamente por mi....

    Comentar que salimos a un poco menos de 40 euros por cabeza

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  4. No voy a tolerar apuestas en esta nuestra sociedad gastronomica!!

    Muy buena cronica Margarita!!muy buena pintaca los platos!!

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  5. Anda que va caretos... Muy bien Maragarita, asi me gusta. En la proxima nos cuentas que tal van y que productos tienen los huertos urbanos del Parque Altamira.

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  6. ¡Menos mal que indicas cual es la vaca vieja!

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