El restaurante es un sitio muy agradable, con mesas amplias, buena separación entre ellas, techos altos que da sensación de espacio grande, limpio y el servicio es bastante amable.
Una vez decididos los platos, retiraron la carta y empezaron obsequiándonos con un salmorejo. Estaba exqusito, con unos daditos de jamón serrano y huevo duro picado.
Comenzamos la comida con varios platos para compartir, como éramos unos cuantos decidimos pedir 2 raciones de cada plato elejido:
2 raciones de revuelto de hongos, muy jugosos y con mucho sabor.
2 raciones de croquetas de jamón, a petición del presidente de la sociedad, ya que es su debilidad.
2 ensaladas de queso de cabra, eran platos grandes y el medallón de queso de cabra también. Estaba acompañado de piñones que es una buena combinación.
Por último 2 raciones de zamburiñas. Desde mi punto de vista el mejor entrante. Estaban en su punto y con una vinagreta muy suave y agradable.
Todos comentamos que quiza pedimos demasiados platos para picar, pero no nos pusimos de acuerdo en elegir de cual prescindiríamos.
De segundo cada uno eligió su plato excepto una pareja que se decantaron por un rape para 2 personas. El camarero trajó una bandeja enorme con el rape a una mesa supletoria y alli mismo lo demenuzó y lo divivió en 2 raciones que como veis eran bastante grandes. Los comensales dijeron que estaba delicioso.
Uno de nosotros no quiso arriegar y se decantó por el entrecotte, acompañado de pimientos del padrón, que no picaba ninguno, y una ración de patatas panadera. La carne debía estar muy buena.
2 carrilleras de ternera en salsa. Fue uno de los platos estrella de la comida, muy tiernas.
Cochinillo al horno. Este plato presentado en cazuela de barro es para una persona. Se comentó que estaba muy jugoso y sabroso.
1 solomillo con foie, en su punto y con una crema de patata.
Bacalao en salsa, este fue el plato más pequeño.
Chipirones a la plancha con salsa fina de ajo y crema de tinta negra. Este fue mi plato, totalmente recomendable. Los chipirones eran de pequeño tamaño, bastante hechos con crujiente en su exterior y las salsa y crema acompañantes eran muy finas y le pegaban mucho al plato.
1 solomillo sin foie, también en su punto con la crema de patata.
De postre pedimos varias cosas, todos ellos eran caseros y comentar de manera general que estaban muy buenos.
Tarta de manzana.
Coulant de chocolate con helado de dulce de leche.
Pastel de avellana.
Sorbete de limón.
La bebida constó de Vino: 1 botella de R. punto tinto, y otra de Baigorri crianza, 7 cervezas y 6 botellas de litro y medio de agua (evidentemente la noche anterior fue movidita).
Al acabar la comida, con los cafés, que no pedimos, nos pusieron un par de tejas con almedras. Otro bonito detalle y además muy rico.
El cubierto fueron 48 euros. Nos quedamos muy satisfechos y encantados con el restaurante, la calidad y cantidad de la comida y el servicio, muy recomendable para un capricho en Logroño. Además está en el centro histórico.
Buen sitio para comer, eso si mucho ojo con el tamaño de las raciones que es abundante y te puedes encontrar con una mesa llena de comida!!!
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