viernes, 30 de septiembre de 2011

Portales 24. Logroño

Como viene siendo habitual aprovechamos las fiestas de San Mateo para disfrutar de Logroño durante un fin de semana. El sábado decidimos darnos un capricho culinario y fuimos a un restaurante recomendado por una de nuestras amigas, que es de la alli. Reservamos previamente porque éramos un grupo grande, de 10 personas, y en San Mateo todo está hasta los topes.


El restaurante es un sitio muy agradable, con mesas amplias, buena separación entre ellas, techos altos que da sensación de espacio grande, limpio y el servicio es bastante amable.


Una vez decididos los platos, retiraron la carta y empezaron obsequiándonos con un salmorejo. Estaba exqusito, con unos daditos de jamón serrano y huevo duro picado.





Comenzamos la comida con varios platos para compartir, como éramos unos cuantos decidimos pedir 2 raciones de cada plato elejido:


2 raciones de revuelto de hongos, muy jugosos y con mucho sabor.



2 raciones de croquetas de jamón, a petición del presidente de la sociedad, ya que es su debilidad.



2 ensaladas de queso de cabra, eran platos grandes y el medallón de queso de cabra también. Estaba acompañado de piñones que es una buena combinación.




Por último 2 raciones de zamburiñas. Desde mi punto de vista el mejor entrante. Estaban en su punto y con una vinagreta muy suave y agradable.



Todos comentamos que quiza pedimos demasiados platos para picar, pero no nos pusimos de acuerdo en elegir de cual prescindiríamos.


De segundo cada uno eligió su plato excepto una pareja que se decantaron por un rape para 2 personas. El camarero trajó una bandeja enorme con el rape a una mesa supletoria y alli mismo lo demenuzó y lo divivió en 2 raciones que como veis eran bastante grandes. Los comensales dijeron que estaba delicioso.





Uno de nosotros no quiso arriegar y se decantó por el entrecotte, acompañado de pimientos del padrón, que no picaba ninguno, y una ración de patatas panadera. La carne debía estar muy buena.



2 carrilleras de ternera en salsa. Fue uno de los platos estrella de la comida, muy tiernas.






Cochinillo al horno. Este plato presentado en cazuela de barro es para una persona. Se comentó que estaba muy jugoso y sabroso.








1 solomillo con foie, en su punto y con una crema de patata.








Bacalao en salsa, este fue el plato más pequeño.








Chipirones a la plancha con salsa fina de ajo y crema de tinta negra. Este fue mi plato, totalmente recomendable. Los chipirones eran de pequeño tamaño, bastante hechos con crujiente en su exterior y las salsa y crema acompañantes eran muy finas y le pegaban mucho al plato.







1 solomillo sin foie, también en su punto con la crema de patata.





De postre pedimos varias cosas, todos ellos eran caseros y comentar de manera general que estaban muy buenos.


Tarta de manzana.








Coulant de chocolate con helado de dulce de leche.






Pastel de avellana.





Sorbete de limón.





La bebida constó de Vino: 1 botella de R. punto tinto, y otra de Baigorri crianza, 7 cervezas y 6 botellas de litro y medio de agua (evidentemente la noche anterior fue movidita).



Al acabar la comida, con los cafés, que no pedimos, nos pusieron un par de tejas con almedras. Otro bonito detalle y además muy rico.






El cubierto fueron 48 euros. Nos quedamos muy satisfechos y encantados con el restaurante, la calidad y cantidad de la comida y el servicio, muy recomendable para un capricho en Logroño. Además está en el centro histórico.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Weinstuben Juliusspital. WÜRTZBURG. Franconia

Nos encontramos en una de las tierras con mayor predicamento y amor a sus vinos blancos. Al hacer esta crónica me acuerdo especialmente del recién nombrado presidente de esta asociación, ya que es un entusiasta en este tema. A continuación una foto de uno de los viñedos a las afueras de la ciudad.




Nos cuentan que Juliusspital es sede de hospitales y geriátricos, donde siempre han elaborado vino, con el que sufragan sus centros sanitarios y aun hoy en día se mantiene la tradición de dar un vaso de vino al día gratis a sus enfermos y huéspedes de mayor edad. Idea que deberíamos copiar, ¿no os parece?

Visitando un edificio que parecía el gran hospital, nos encontramos con que en una esquina del mismo, había un restaurante abarrotado de gente, en el que se libraba una mesa que inmediatamente nos adjudicaron.




Pienso que es un sitio absolutamente recomendable ya que los camareros te explican perfectamente los vinos de la región y cómo consumirlos. Eso si, por suerte, el discurso es en inglés.


Mientras esperábamos la comida, nos sirvieron una copa de vino blanco espumoso suave, muy afrutado y muy frío. Estupendo para la espera que ya avisan que va a ser un poco larga dado que los platos son elaborados artesanalmente. He de decir que al final no fue para tanto la espera.




La comida consistió en:

Franconian beef roast, sour pickled, with potato dumpling. Impresionante, un plato muy completo y sabroso.




Boiled franconian beef with homemade herse radish sauce, cramberries with butter noddles. Exactamente igual que el anterior, muy sabroso. Este iba acompañado por una especie de puré de lombarda, curioso y muy rico.




En ambos platos la carne estaba en su punto y las salsas elaboradas y exquisitas.


Para la comida el camarero nos recomendó que no pidiéramos vino tinto, pues no es muy bueno el de esta región. En cambio, nos aconsejó un blanco seco, un pelín ácido. Perfecto para la carne, aunque no lo parezca.


El postre que elegimos fue un helado de yogurt casero con moras. Pera éste nos sugirió un delicioso vino blanco dulce. Creo que fue la guinda de esta curiosa experiencia. Nos pareció maravilloso.




Este último vino subió el precio de "la dolorosa" que ya era bastante alto de por si. Ascendía a 84,40 euros, con el tip incluido. Como os comento más de la mitad de la cuenta fueron los vinos locales, marca Juliusspital, que recuerdan a los suaves vinos del Rhin y Alsacia.


No obstante, para todo el que quiera conocer la tradición y los exquisitos sabores de sus "caldos", este sitio es absolutamente recomendable.

Gasthaus Zum Schwanen. FUSSEN (BAVIERA)

En nuestra reciente visita a Alemania, y más concretamente a la zona de Baviera, nos acordamos mucho de vosotros, los amigos de la Horadada, asi que decidimos hacer un par de crónicas gastronómicas de estos lugares tan bonitos.


El primer sitio elegido fue Fussen, que para los pocos documentados como es mi caso, tiene el famoso castillo Neuschwanstein, en el que se inspiró D. Walt Disney para su archifamosa creación del castillo Magic Kingdom, por donde pululaban Mickey, Donald, Pluto,...





Pues bien, caímos a cenar en un restaurante croata "de batalla", justo pegando al gran monasterio que tienen en la ciudad. Se trata por tanto de un sitio turístico en una pequeña ciudad alemana, y dicho todo lo anterior, de una crónica, cuanto menos, pintoresca.






Los dos primeros planos no aportan nada a la culinaria mundial. Fueron una sopa de pollo y fideos, normal, como la de la abuela.





El otro era una porción de ensalada de frijoles fríos con cebolla crujiente, que estaban muy ricos.





De segundo, uno de los platos fue Kalbsleber, que se trata de hígado con ajo y patatas asadas. El hígado se cocina frito con el ajo, cebolla y bacon en su punto. El que escribe esta crónica, nunca ha comida un hígado de ternera tan en su punto. Riquísmo, como se puede apreciar en la foto...





El otro segundo plato fue KrautsPatzie que consiste en una mezcla de pasta, col agria y bacon, acompañada de una ensalada. La mezcla estaba buena, aunque quiza dominaba en demasía el chucrut.




De postre, un surtido de helados caseros con crema que no merecen comentarios especiales.





Muy en la tradición alemana, cenamos con cerveza. Dos pintas de Ludwig Hell. De las múltiples cervezas alemanas con las que te deleitan para cenar (Lowenbrau, Augustiner, Francizkaner,...), está nos pareció muy rica, rubia y suave.





Para acabar un café expreso muy bueno y una copita. Explicar que en Alemania cuando pides una copa de Heburstraminer, se trata de un aguardiente de cerezas, que es tan rico, que hasta en el Valle del Jerte (maravillosa tierra extremeña) han imitado y comercializan este preciado licor. Pues bien, después de esta chapilla, he de decir que este restaurante croata desconocía lo antedicho, y sólo tenía Kirsch, remedio barato del aguardiente de cerezas, ¡qué se le va a hacer!





El precio total fueron 42,40 euros, que para ser Alemania es tirando a barato.


En resumen destacar el riquísimo hígado, estupendas cervezas frías y maravilloso y recomendable lugar de visita, donde el castillo de Mickey Mouse.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Restaurante missKorea (Nueva York)


Una vez mas se desmuestra el caracter natural y participativo del blog y gracias a la aportacion de una buena amiga disfrutamos esta vez de un genuino restaurante koreano en la Gran Manzana.

Aqui os dejo con su crónica:


Nuestro viaje a New York, nos ha convertido en auténticos expertos en hamburguesas y perritos, pero afortunadamente la ciudad que nunca duerme ofrece otras posibilidades... Tuvimos la oportunidad de introducirnos en la cultura Koreana, gracias a un excelente anfitrión venezolano, residente en NY desde hace 6 años y exnovio de koreana. Cenamos en KoreaTown, una calle de Manhattan que se convierte en un choque cultural al girar la esquina, todo son tiendas y locales koreanos y ver paseando a un occidental llama la atención, el inglés se convierte en un idioma extraño en pleno USA.

El restaurante en cuestión se llama missKorea (10 west 32st. Manhattan.NY, ). Nuestra cena fue una pequeña mezcla de los platos típicos Koreanos, por una lado cenamos Bulgogi (불고기) que consiste tradicionalmente en carne de ternera y de cerdo (esta “versión” con cerdo se llama dweji bulgogi) marinada con soja, ajo, azúcar y sésamo y cortada en tiras, que nos cocinaban las amables camareras coreanas en nuestra mesa en una especie de plancha, acompañadas de cebolla y dientes de ajo. Bulgogi significa algo así como “carne de fuego”, por la forma de cocinarla sobre “fuego ardiente”.

Esta carne se sirve acompañada de arroz al vapor, sopa de pescado súper caliente y de kimchi. El kimchi es un conjunto de verduras y algas fermentadas, que nos presentaron en distintas cazuelitas de barro, la mayoría con un sabor tirando a dulce y algunas muy muy picantes (hay que probar poco a poco para no llevarse un susto). Por lo que nos explicaron no es costumbre koreana freír los alimentos, por lo que apenas usan aceite, la mayoría de las cosas se hierven, escaldan, asan o las cocinan al vapor, pero casi todo lo fermentan con especies tradicionales suyas y de las que siento no recordar los nombres...

También nos colocaron una cazuelita con una salsa hecha de tomate muy condimentada que estaba exquisita y otra con el gochujang (고추장), que es una salsa picante a base de chiles rojos en polvo y fermentada según nos explicaron sobre unas piedras que se llaman jangdokdae (장독대) incluso durante años. ( en las fotos anteriores es lo que está en la esquina inferior izquierda)

Toda esta mezcla de sabores y colores (se come también por los ojos) se coloca con palillos al gusto sobre una hoja de lechuga enorme con la que se hace un paquetito plegándola y se come de un solo bocado con las manos.

Para beber optamos por una cerveza koreana llamada OB lager beer que lleva arroz. Y con unos chupitos de Soju (소주) que es una bebida destilada, de sabor fuerte parecido al aguardiente o vodka pero un poco más dulce, que sirven caliente como el sake japonés. La auténtica es a base de arroz, aunque la que nos sirvieron tenia patata, con unos 20 % de graduación alcohólica y que pegaba un buen pelotazo.

Es una cocina totalmente distinta a la que estamos acostumbrados pero exquisita sabrosa y divertida, pues comer se convierte en un juego de combinarlo todo, solo algunas cosas, las salsas.. de accidentes con los palillos, sobre todo de los que se atrevieron con los auténticos palillos koreanos, que son metálicos y resbalan un montón, y de pringue con las manos; pero sobre todo original. Además la atención fue excelente, les hacia gracia ver occidentales, y además que uno de ellos supiera alguna palabra koreana, estaban encantadas intentado explicarnos todo medio en inglés medio en señas y en koreano.. Muy abundante, no fuimos capaces de terminar con las hojas de lechuga. El precio por persona fue de 40$, que para ser NY, la calidad, la cantidad, la presentación y lo original del sitio me parece barato, salimos encantados.

Totalmente recomendable dada la variedad multicultural de NY arriesgarse a probar culturas y cocinas que nos quedan un poco lejos.. Ahí nos veis entregados y felices entre tanta variedad.


Página web: www.misskoreabbq.com