Teníamos ganas de Italiano, y uno de los miembros de la Horadada nos recomendó LA TAVERNETTA, un restaurante de Bezana con la mejor comida Italiana de la zona.
Es un Restaurante que queda debajo del puente que cruza Bezana. Tienen un comedor principal, que está junto a la barra, que separa las mesas con mamparas, no es muy grande por eso conviene reservar. Y otro mas pequeño que es donde cenamos. La verdad que el comedor principal está muy bién pero en el que cenamos, estaba muy descuidado, con mala iluminación, cables colgando y manchas de humedad en el techo.
Veniamos con hambre y queríamos para compartir, enseguida el camarero nos tomó nota.
De primero pedimos una "Pizza Nordica" : (Tomate, Mozzarella, Jamón de York, chorizo picante y salchicha)
Estaba muy rica con una masa muy fina y el chorizo picaba pero se aguantaba bien.
De pasta queríamos unos tallarines con trufas, y el camarero nos recomendó un plato de pasta fresca que fue la gran sensación de la noche.
"Ravioloni con tartufo e porcini" : Ravioli de pasta fresca al huevo, con relleno de boletus en crema de trufa blanca, cubierto de finas laminas de queso Parmigiano.
Impresionante. El plato estaba buenísimo, la pasta fresca muy sabrosa y la salsa excelente. Fue el gran acierto de la noche, gracias al camarero.
Pedimos una lasaña, que fue lo último que nos dieron porque era lo que más se tardaba en cocinar.
"Lasagna Ricotta e spinaci" : Lasaña de espinacas y queso ricotta.
Muy rico también, las espinacas estaban muy buenas y la bechamel y el ricotta estaban muy sabrosas, servido en una cazuela de barro.
Aunque estábamos bastante llenos, pedimos unos postres para endulzar la cena.
"Tartufone al Cioccolato" :
Este postre es un Pecado. Una especie de Mus de tres chocolates, que estaba muy buena, pero que era muy densa y contundente. Sería mejor para compartir sobre todo después de una buena cena como esta.
La cena la acompañamos con dos Pintas de cerveza, no tomamos café, pero agradecimos el detalle de la casa que nos invitó a dos chupitos de Limoncello.
La cena nos salió por 47.90€ , no nos pareció nada caro. El trato del camarero fue perfecto, estuvo muy atento con nosotros, los platos salieron con mucha fluidez sin hacernos casi esperar y su recomendación fue un gran acierto.
Otro detalle bueno que tuvieron fue que Luca, el dueño y cocinero del restaurante, salio a saludarnos y a preguntar que tal había estado la cena, y nosotros le felicitamos por el plato de pasta fresca, y le comentamos que volveríamos a La Travetta.
Tienen una carta para encargar y con servicio a domicilio pero solo llegan hasta Bezana y Piélagos.
637 199 011
domingo, 16 de marzo de 2014
miércoles, 5 de junio de 2013
Cine y Mantel
Se trata de un nuevo blog creado recientemente por unos amiguetes donde tratan, de forma exhaustiva, el infinito mundo de nuestra amiga la hamburguesa y su "maridaje" con el cine. Os dejo un enlace y espero que os guste.
http://cineymanteldelatierruca.blogspot.com.es/
http://cineymanteldelatierruca.blogspot.com.es/
viernes, 19 de abril de 2013
Restaurante El Montero (Soto)
Aprovechando un bonito dia de esqui, nos pasamos a comer por este restaurante ubicado en la localidad de Soto, muy cerca de Espinilla,de camino de vuelta de Alto Campo. El sitio es tambien un albergue y esta muy bonito por dentro con las paredes forradas en madera, muy acojedor para tomar algo en invierno y en verano.
El restaurante sirve unicamente un menu de fin de semana (al menos el dia que fui yo no habia mas opciones en la carta), pero tenia 10 platos de primero y otros tantos de segundos para elegir, por lo que practicamente ibamos a la carta.
Eramos 4 personas para comer, y como veniamos con frio y hambre de tanto ejercicio en la montaña fuimos a lo serio enseguida.
Tres pedimos alubias blancas con venado, yo normalmente con el venado las alubias que habia comido eran pintas, pero aun asi estaban francamente buenas, venian servidas,como debe ser,en un buen puchero para servise uno mismo, si ven que te las has terminado, te ofrecen traerte mas, total 2 platos entre pecho y espalda, la cosa pintaba bien nada mas empezar.
La otra persona pidio una sopa de fideo, que es un plato que para el frio viene bien para calentar y que le encanto.
De segunda opcion elegimos solomillo a la plancha, venia servido con unas pocas setas y patatas fritas, como comentario decir que era de cerdo, y que la racion era muy generosa, el sabor muy bueno.
Otro pidio albondigas caseras, estas tenian una pinta buenisima, la verdad era mi segunda opcion para comer, y me quede con las ganas de haberlas pedido, si repito dudo mucho que siga con la intriga, el que las pidio dijo que estaban muy buenas.
A recomendacion de la camarera, dos personas pedimos jabali a la montera, que era como carne guisada en una salsa, muy oscura, con un toque de vino tinto, la verdad es que la carne estaba tiernisima y de sabor muy bueno, un acierto su recomendacion.
De la lista de postres, debian de ser unos 10 tambien, 3 nos quedamos con fresas con nata y uno pidio compota de manzana.
Las fresas estaban muy ricas aunque algo empalagosas, ya que venian con nata, azucar extra y un poco de sirope de fresa, no apto para diabeticos.
La compota a mi personalmente no me gusta nada, pero la persona que la comio dijo que estaba muy buena.
Todo lo tomamos con una botella de agua y unas cervezas y la cuenta total fue de 17 euros por persona, el menu solo vale 14 e incluye bebida pero solo una, asi que esas segundas cervecitas hicieron aumentar un poco la cuenta, pero sigue siendo un precio genial por la comida que hicimos.
Por si quereis reservar, que suele estar muy lleno siempre el telefono es 942 779 539.
El restaurante sirve unicamente un menu de fin de semana (al menos el dia que fui yo no habia mas opciones en la carta), pero tenia 10 platos de primero y otros tantos de segundos para elegir, por lo que practicamente ibamos a la carta.
Eramos 4 personas para comer, y como veniamos con frio y hambre de tanto ejercicio en la montaña fuimos a lo serio enseguida.
Tres pedimos alubias blancas con venado, yo normalmente con el venado las alubias que habia comido eran pintas, pero aun asi estaban francamente buenas, venian servidas,como debe ser,en un buen puchero para servise uno mismo, si ven que te las has terminado, te ofrecen traerte mas, total 2 platos entre pecho y espalda, la cosa pintaba bien nada mas empezar.
La otra persona pidio una sopa de fideo, que es un plato que para el frio viene bien para calentar y que le encanto.
De segunda opcion elegimos solomillo a la plancha, venia servido con unas pocas setas y patatas fritas, como comentario decir que era de cerdo, y que la racion era muy generosa, el sabor muy bueno.
Otro pidio albondigas caseras, estas tenian una pinta buenisima, la verdad era mi segunda opcion para comer, y me quede con las ganas de haberlas pedido, si repito dudo mucho que siga con la intriga, el que las pidio dijo que estaban muy buenas.
A recomendacion de la camarera, dos personas pedimos jabali a la montera, que era como carne guisada en una salsa, muy oscura, con un toque de vino tinto, la verdad es que la carne estaba tiernisima y de sabor muy bueno, un acierto su recomendacion.
De la lista de postres, debian de ser unos 10 tambien, 3 nos quedamos con fresas con nata y uno pidio compota de manzana.
Las fresas estaban muy ricas aunque algo empalagosas, ya que venian con nata, azucar extra y un poco de sirope de fresa, no apto para diabeticos.
La compota a mi personalmente no me gusta nada, pero la persona que la comio dijo que estaba muy buena.
Todo lo tomamos con una botella de agua y unas cervezas y la cuenta total fue de 17 euros por persona, el menu solo vale 14 e incluye bebida pero solo una, asi que esas segundas cervecitas hicieron aumentar un poco la cuenta, pero sigue siendo un precio genial por la comida que hicimos.
Por si quereis reservar, que suele estar muy lleno siempre el telefono es 942 779 539.
Etiquetas:
Cantabria
Ubicación:
Barrio Soto, 39210 Soto, Cantabria, España
miércoles, 10 de abril de 2013
ARROSSERIA L´ESTARTIT (L´Estartit)
Aquí estamos en nuestro cuartel de verano (que también suele ser de Semana Santa), como bien sabe nuestro amigo Gonzalo, disfrutando del mar y de la playa.
Tenemos amistad con el Restaurante Casa Félix (del que ya hicimos una crónica), situado en el paseo marítimo de L´Estartit. Al ir a pedirle una fidebuá, nos comentó que el no las hace, pero que tiene un amigo que acababa de abrir un Restaurante en la zona de La Platera, que "las borda" (como se podrá ver en la crónica, tenía mucha razón). La zona de La Platera es una urbanización que está acercándose hacia el pueblo de Pals (maravilloso pueblo medieval que recomendamos visitar) que se hizo tristemente famosa en un telediario reciente porque la fuerza del mar y la lluvia hundió literalmente el paseo.
Pues bien, tras esta breve disquisición geográfica, y con la recomendación de Sergio, nos dirigimos a la ARROSSERIA L´ESTARTIT situado en la calle Assutzena 10.
El muy amable camarero y coporpietario nos indicó el variado menú:
Un primer plato a elegir entre los 6 siguientes:
-Mejillones fritos.
-Mejillones al vapor.
-Pescaditos fritos (Sonsus).
-Ensaladas César y del Huerto.
-Boquerones fritos.
-Cangrejos a la romana.
Los segundos, que eran su mejor oferta, eran 3 arroces y 3 fidebúas, a saber entre:
-Negra.
-Marinera.
-Mar y tierra.
Postre a elegir entre una oferta de 6-7 opciones razonables.
Este menú salía por 14,50 euros, sin incluir iva ni bebida.
Comenzamos pidiendo agua con gas y una botella de vino blanco de la casa, que para nuestra sorpresa era un Blanco Fortius Chardonay de Navarra (Los Arcos), muy ligero y afrutado, quizá demasiado suave pero a muy buen precio (7,5 euros).
De primero elegimos los boquerones fritos, muy sabrosos y en su punto.
Y unos cangrejos a la romana. Este plato lo pedi yo, tentado por la curiosidad de comprobar ¿qué es un cagrejo a la romana?. Como se puede ver en la foto se trata de un sucedáneo de Catka albardado, por cierto muy rico.
De segundo, como ya veníamos predispuestos, optamos por la fideuá, una marinera y otra de mar y tierra. ¡¡¡Qué maravilla!!! Su textura, su sabor, de las mejores que recuerdo.
La siguiente foto es para que veáis cómo quedaron los platos y cómo es el local.
De los variados postres elegimos un Carpaccio de piña con helado de coco, bueno, pero si aportar nada a la culinaria mundial.
Y un sorbete de limón. Un postre que siempre es discreto y agradable, además estaba muy muy rico.
Nos tomamos dos cortados y solicitamos la cuenta.
Pese a que el restaurante estana "petado", nos atendieron con rapidez y buenas maneras. El precio del menú nos pareció asequible y sobretodo, la fideuá estaba excepcional. Trato muy amable y simpático.
De todas todas recomendaría comer en este sitio a todo aquel que visite L´Estartit, máxime si previamente abre el apetito buceando en las maravillosas Islas Medas.
Tenemos amistad con el Restaurante Casa Félix (del que ya hicimos una crónica), situado en el paseo marítimo de L´Estartit. Al ir a pedirle una fidebuá, nos comentó que el no las hace, pero que tiene un amigo que acababa de abrir un Restaurante en la zona de La Platera, que "las borda" (como se podrá ver en la crónica, tenía mucha razón). La zona de La Platera es una urbanización que está acercándose hacia el pueblo de Pals (maravilloso pueblo medieval que recomendamos visitar) que se hizo tristemente famosa en un telediario reciente porque la fuerza del mar y la lluvia hundió literalmente el paseo.
Pues bien, tras esta breve disquisición geográfica, y con la recomendación de Sergio, nos dirigimos a la ARROSSERIA L´ESTARTIT situado en la calle Assutzena 10.
El muy amable camarero y coporpietario nos indicó el variado menú:
Un primer plato a elegir entre los 6 siguientes:
-Mejillones fritos.
-Mejillones al vapor.
-Pescaditos fritos (Sonsus).
-Ensaladas César y del Huerto.
-Boquerones fritos.
-Cangrejos a la romana.
Los segundos, que eran su mejor oferta, eran 3 arroces y 3 fidebúas, a saber entre:
-Negra.
-Marinera.
-Mar y tierra.
Postre a elegir entre una oferta de 6-7 opciones razonables.
Este menú salía por 14,50 euros, sin incluir iva ni bebida.
Comenzamos pidiendo agua con gas y una botella de vino blanco de la casa, que para nuestra sorpresa era un Blanco Fortius Chardonay de Navarra (Los Arcos), muy ligero y afrutado, quizá demasiado suave pero a muy buen precio (7,5 euros).
De primero elegimos los boquerones fritos, muy sabrosos y en su punto.
Y unos cangrejos a la romana. Este plato lo pedi yo, tentado por la curiosidad de comprobar ¿qué es un cagrejo a la romana?. Como se puede ver en la foto se trata de un sucedáneo de Catka albardado, por cierto muy rico.
De segundo, como ya veníamos predispuestos, optamos por la fideuá, una marinera y otra de mar y tierra. ¡¡¡Qué maravilla!!! Su textura, su sabor, de las mejores que recuerdo.
La siguiente foto es para que veáis cómo quedaron los platos y cómo es el local.
De los variados postres elegimos un Carpaccio de piña con helado de coco, bueno, pero si aportar nada a la culinaria mundial.
Y un sorbete de limón. Un postre que siempre es discreto y agradable, además estaba muy muy rico.
Nos tomamos dos cortados y solicitamos la cuenta.
Pese a que el restaurante estana "petado", nos atendieron con rapidez y buenas maneras. El precio del menú nos pareció asequible y sobretodo, la fideuá estaba excepcional. Trato muy amable y simpático.
De todas todas recomendaría comer en este sitio a todo aquel que visite L´Estartit, máxime si previamente abre el apetito buceando en las maravillosas Islas Medas.
martes, 9 de abril de 2013
Nos Ancestres Les Gaulois (París)
Con motivo de una reciente visita a París, para asistir en familia al partido de rugby del 6 naciones (Francia-Escocia), en el que ganó Francia 23-16
visitamos un curioso restaurante que conocía mi mujer de una visita anterior que había hecho con sus amigas en 1996, situado en la isla de San Luis, en el centro de París, pegada a la isla en donde está Notre Dame.
Habíamos reservado telefónicamente desde España , aunque no habría hecho falta, dado que aunque había bastante público, no estaba totalmente lleno y es muy grande. No obstante mi consejo sería reservar por si acaso, porque es muy turístico, y por tanto puede fluctuar mucho la demanda.
El sitio se llama Nos Ancetres les Gaulois y a mi, quiza por deformación cultural, inmediatamente me recordó a Asterix y Obelix, ¡qué grandes momentos de lectura!
Pasamos a redactar la crónica y a intentar explicar por qué es tan peculiar.
El menú tiene un precio cerrado de 40 euros por persona con iva incluido. Consiste en lo siguiente:
1.-Cesta de verduras crudas.
2.-Buffet libre de embutidos.
3.-Una carne a la brasa a elegir.
4.-Una tabla de quesos.
5.-Una cesta de fruta.
6.-Un postre a elegir.
7.-Buffet libre de vino, ¡¡aqui nos vinimos arriba!!
Como veis se trata de un menú potente, con 6 platos, aunque tres de ellos eran postres.
1.- La cesta de verduras, en francés crudités, tenía distintos frutos, todas ellos frescos, y según el camarero madrileño muy majo que nos atendió muy bien y nos ayudó, están recién cogidos de la huerta cada día. A destacar los riquísimos rábanos. También había pepino, coliflor, zanahoria, endibias, apio, tomate, pimiento, cebolla, lombarda... Lo acompañaba una salsa parecida a una de yogurt que pega mucho con estas verduras frescas. Este "plato" me pareció rico, curioso y una buena manera de empezar.
2.-El buffet de embutidos tenía menos nivel. Consistía en carios salchichones, fuet y jamón bastante de batalla. El chorizo en cambio estaba mucho más rico. También había unos recipientes con maiz, lechuga y alguna otra cosa tipo patés con varias salsas. Este entrante, regado con el vino francés de año bastante aceptable y sin restricciones, se convierte en aceptable.
3.- La carne la asan alli mismo en la parrilla.
Te dan a elegir entre las siguientes opciones: chuletas de cordero, entrecot de ternera, brocheta de pavo, brocheta de cerdo y costilla de cerdo. Elegimos un entrecot, que comentado por su comensal, estaba muy bueno, aunque quizá un poco pequeño y de escaso grosor, se asemejaba más bien a un filete.
Los otros 3 platos eras costillas. Lo de la "s" de costillas es sólo porque eran dos unidades. Estaban muy sabrosas y bien hechas pero fue un plato escasito.
Las carnes iban acompañadas de una patata asada que nos gustó mucho.
A estas alturas de la cena, apareció el alegre animador de la cena con su guitarra. Sabíamos de su existencia por la visita que hizo mi mujer hace años, y era nuestro momento más temido. Cantó tres o cuatro canciones, bastante regular y, pese a que intentó captar nuestra atención con canciones de corte hispano, tipo "clavelitos", no lo consiguió y en seguida desistió y fue a otras mesas.
4.- La tabla de quesos. Tenía uno de cabra que es muy famoso en Francia y se llama Chevres, un Camembert, un Gruyere y uno de vaca. Como era de esperar los quesos franceses estaban deliciosos y en su punto de madurez.
5.- La cesta de fruta. Sin más. Prácticamente no la probamos, pues ya llevábamos bastante tralla y todavía nos quedaba el postre.
6.- Nos ofrecieron unos diez tipos de postre que no recuerdo todos. De ellos elegimos un flan de huevo que era casero y estaba muy bueno.
Un limón helado de la casa comercial francesa de turno.
Una compota de frutas también casera y rica (no hay foto).
Una mousse de chocolate igualmente casera y muy buena.
Con este amplio y variado menú, tras unos cafés concluimos la cena.
Como resumen de la crónica yo apuntaría que es un sitio agradable y familiar tipo taberna, sin manteles ni sofisticaciones y con un menú muy variado pero irregular.
La cuenta puede resultar cara pero siendo en el cogollo de París y por experiencia está bastante bien de precio.
Como referencia comparativa, al salir de la cena, en un bar de al lado, de diseño y antiguo, tomamos un chupito escaso de Armagnac, otro escaso de Cointreau, otro escaso de Calvados y una copa de Möet.
Pues estos escasos tragos nos costaron 48 euracos.
Pero bueno, la alegría innata que llevábamos, junto con la que nos imprimió el guitarrista (es broma) y la del vino peleón a mansalva, hicieron que pasáramos un rato estupendo y me inclinan a recomendaros que visitéis este curioso lugar, máxime si vais en grupo.
visitamos un curioso restaurante que conocía mi mujer de una visita anterior que había hecho con sus amigas en 1996, situado en la isla de San Luis, en el centro de París, pegada a la isla en donde está Notre Dame.
Habíamos reservado telefónicamente desde España , aunque no habría hecho falta, dado que aunque había bastante público, no estaba totalmente lleno y es muy grande. No obstante mi consejo sería reservar por si acaso, porque es muy turístico, y por tanto puede fluctuar mucho la demanda.
El sitio se llama Nos Ancetres les Gaulois y a mi, quiza por deformación cultural, inmediatamente me recordó a Asterix y Obelix, ¡qué grandes momentos de lectura!
Pasamos a redactar la crónica y a intentar explicar por qué es tan peculiar.
El menú tiene un precio cerrado de 40 euros por persona con iva incluido. Consiste en lo siguiente:
1.-Cesta de verduras crudas.
2.-Buffet libre de embutidos.
3.-Una carne a la brasa a elegir.
4.-Una tabla de quesos.
5.-Una cesta de fruta.
6.-Un postre a elegir.
7.-Buffet libre de vino, ¡¡aqui nos vinimos arriba!!
Como veis se trata de un menú potente, con 6 platos, aunque tres de ellos eran postres.
1.- La cesta de verduras, en francés crudités, tenía distintos frutos, todas ellos frescos, y según el camarero madrileño muy majo que nos atendió muy bien y nos ayudó, están recién cogidos de la huerta cada día. A destacar los riquísimos rábanos. También había pepino, coliflor, zanahoria, endibias, apio, tomate, pimiento, cebolla, lombarda... Lo acompañaba una salsa parecida a una de yogurt que pega mucho con estas verduras frescas. Este "plato" me pareció rico, curioso y una buena manera de empezar.
2.-El buffet de embutidos tenía menos nivel. Consistía en carios salchichones, fuet y jamón bastante de batalla. El chorizo en cambio estaba mucho más rico. También había unos recipientes con maiz, lechuga y alguna otra cosa tipo patés con varias salsas. Este entrante, regado con el vino francés de año bastante aceptable y sin restricciones, se convierte en aceptable.
3.- La carne la asan alli mismo en la parrilla.
Te dan a elegir entre las siguientes opciones: chuletas de cordero, entrecot de ternera, brocheta de pavo, brocheta de cerdo y costilla de cerdo. Elegimos un entrecot, que comentado por su comensal, estaba muy bueno, aunque quizá un poco pequeño y de escaso grosor, se asemejaba más bien a un filete.
Los otros 3 platos eras costillas. Lo de la "s" de costillas es sólo porque eran dos unidades. Estaban muy sabrosas y bien hechas pero fue un plato escasito.
Las carnes iban acompañadas de una patata asada que nos gustó mucho.
A estas alturas de la cena, apareció el alegre animador de la cena con su guitarra. Sabíamos de su existencia por la visita que hizo mi mujer hace años, y era nuestro momento más temido. Cantó tres o cuatro canciones, bastante regular y, pese a que intentó captar nuestra atención con canciones de corte hispano, tipo "clavelitos", no lo consiguió y en seguida desistió y fue a otras mesas.
4.- La tabla de quesos. Tenía uno de cabra que es muy famoso en Francia y se llama Chevres, un Camembert, un Gruyere y uno de vaca. Como era de esperar los quesos franceses estaban deliciosos y en su punto de madurez.
5.- La cesta de fruta. Sin más. Prácticamente no la probamos, pues ya llevábamos bastante tralla y todavía nos quedaba el postre.
6.- Nos ofrecieron unos diez tipos de postre que no recuerdo todos. De ellos elegimos un flan de huevo que era casero y estaba muy bueno.
Un limón helado de la casa comercial francesa de turno.
Una compota de frutas también casera y rica (no hay foto).
Una mousse de chocolate igualmente casera y muy buena.
Con este amplio y variado menú, tras unos cafés concluimos la cena.
Como resumen de la crónica yo apuntaría que es un sitio agradable y familiar tipo taberna, sin manteles ni sofisticaciones y con un menú muy variado pero irregular.
La cuenta puede resultar cara pero siendo en el cogollo de París y por experiencia está bastante bien de precio.
Como referencia comparativa, al salir de la cena, en un bar de al lado, de diseño y antiguo, tomamos un chupito escaso de Armagnac, otro escaso de Cointreau, otro escaso de Calvados y una copa de Möet.
Pues estos escasos tragos nos costaron 48 euracos.
Pero bueno, la alegría innata que llevábamos, junto con la que nos imprimió el guitarrista (es broma) y la del vino peleón a mansalva, hicieron que pasáramos un rato estupendo y me inclinan a recomendaros que visitéis este curioso lugar, máxime si vais en grupo.
Ma Bourgogne (París)
París, ¡qué mágica ciudad! No me ha decepcionado, nada de lo que me habían hablado me ha sorprendido, me ha parecido preciosa y eso que no tuvimos buena suerte con el tiempo y en cuanto a la gastronomía y sus precios tampoco me ha llamado la atención porque sabía que era muy caro. Una cosa si que hemos comentado y es lo pequeños que son los bares/restaurante, los espacios tan reducidos, las mesas parecen de dos cuando son para cuatro, estás siempre pegado a los de las mesas de alrededor...
Esta noche decidimos ir a visitar un restaurante situado en la plaza de los Vosgues, recomendado por un gran amigo mío. Por cierto la plaza no tiene desperdicio. No es uno de los sitios que vas a visitar cuando vas a París y merece la pena. Es diferente a toda la ciudad, es como trasladarse a la Inglaterra del siglo XVIII, con sus ladrillos color rojo. Los bajos comerciales son tiendas muy especiales, parecen minigalerías de arte. Las calles de acceso plagadas de tiendas de diseño y locales y bares muy exquisitos. Recomendable totalmente dar una vuelta a la plaza entera. Además suele estar llena de músicos, nosotros, como hacía frío, sólo vimos a una mujer tocando el arpa y a un hombre cantando ópera.
El restaurante Ma Bourgogne está situado en una de las esquinas de la plaza, de color granate. Fuimos porque las especialidades son caracoles y steak tartare. El local, como he descrito antes es pequeño y todo muy juntito, pero a pesar de todo resultaba acogedor el ambiente que tenía.
El menú era de 36 euros sin bebida ni iva incluido y constaba de una entrada, un segundo y queso/postre. Por supuesto cayeron 2 raciones de caracoles (escargots de bourgogne). En cada ración venían 6 piezas, pero tenían un tamaño de caracola. Los instrumentos para comerlos eran una pinza y un tenedor de dos púas pequeñas que entraban en el caracol, asi que calculad el tamaño. Estaban cocinados con mantequilla y la salsa que los componía recordaba a una especie de pesto. Estaban maravillosos.
Esta noche decidimos ir a visitar un restaurante situado en la plaza de los Vosgues, recomendado por un gran amigo mío. Por cierto la plaza no tiene desperdicio. No es uno de los sitios que vas a visitar cuando vas a París y merece la pena. Es diferente a toda la ciudad, es como trasladarse a la Inglaterra del siglo XVIII, con sus ladrillos color rojo. Los bajos comerciales son tiendas muy especiales, parecen minigalerías de arte. Las calles de acceso plagadas de tiendas de diseño y locales y bares muy exquisitos. Recomendable totalmente dar una vuelta a la plaza entera. Además suele estar llena de músicos, nosotros, como hacía frío, sólo vimos a una mujer tocando el arpa y a un hombre cantando ópera.
El restaurante Ma Bourgogne está situado en una de las esquinas de la plaza, de color granate. Fuimos porque las especialidades son caracoles y steak tartare. El local, como he descrito antes es pequeño y todo muy juntito, pero a pesar de todo resultaba acogedor el ambiente que tenía.
El menú era de 36 euros sin bebida ni iva incluido y constaba de una entrada, un segundo y queso/postre. Por supuesto cayeron 2 raciones de caracoles (escargots de bourgogne). En cada ración venían 6 piezas, pero tenían un tamaño de caracola. Los instrumentos para comerlos eran una pinza y un tenedor de dos púas pequeñas que entraban en el caracol, asi que calculad el tamaño. Estaban cocinados con mantequilla y la salsa que los componía recordaba a una especie de pesto. Estaban maravillosos.
Otro de los platos fue una ensalada (Salade Ma Bourgogne), La pedimos por ser la de la casa y esperábamos que nos aportase algo especial. Pero no fue asi. Compuesta por lechuga, tomate, cebolla, zanahoria en tiras y 3 trozos de queso de cabra quemados. Evidentemente el plato estaba bueno, pero no conseguimos improvisar como queríamos. Nos quedó la duda de si el aliño llevaba algo de mostaza, pero como no sabemos francés nos quedamos con las ganas de preguntarle al camarero.
El último entrante fue un plato de embutidos (Assiete de Charcuterie). La decisión unánime es que fue el plato que menos nos gustó y que no recomendaríamos. Después de comer el embutido de España, el Francés no vale casi nada para nuestros paladares. Iban acompañados de una tarrina de mantequilla y de pepinillos.
Entre los segundos había dos platos de steak tartare. Mientras cenas ves a uno de los cocineros cómo va haciendo el steak. Estaba muy bueno.
Para estos dos platos nos sacaron un plato con patatas fritas que estaban muy crujientes y muy ricas.
Otro de los segundo fue salmón (escalope de salmon a l´Oseille). El salmón estaba bien hecho, ni crudo ni pasado, pero la salsa era muy "francesa" abundando el sabor de la mantequilla y la nata.
Y el último fue (coeur de rumsteck grillé). Podríamos decir que es el corazón de una chuleta de ternera. Muy tierno y con una salsa típica de acompañamiento de estas carnes un poco sosa.
Que no se me olvide comentar que durante toda la cena había un tarro de cerámica lleno de mostaza. Una de esas mostazas que te abren los orificios nasales nada más probarla. Estaba buenísima y la verdad es que comimos mucha cantidad.
Los postres fueron queso azul (bleu de causses), estaba exquisito.
Otro era fromage blanc a la creme. Otra decepción porque era una especie de yogurt insulso.
Un tarta de frutas, que era de manzana. No parecía casera y no recordaba a nuestras tartas de manzana, demasiado dulzona.
Y un crepe suzette. Un crepe con mermelada de naranja, regado con Grand Marniere. Estaba muy bueno, probablemente el mejor postre, pero claro para gustos.
La cena fue regada por dos botellas de vino tinto francés que nos pareció muy suave aunque no estaba malo y una botella de agua con gas y otra sin gas.
El total con la bebida y el iva resultó 212 euros, es decir, 53 por persona, que no está nada mal, yo diría que un poco caro, pero para ser París y por probar los caracoles tan especiales, es un restaurante que recomiendo. Además donde está situado, como ya he comentado, es un trocito de París muy "cuco".
No olvidar que aunque no pudimos comunicarnos por dificultad del idioma, el camarero fue muy amable y sonriente.
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