domingo, 29 de abril de 2012

MR. TACO (L´Estartit)

En este caso vamos a hablar del mexicano que hay en el pueblo de L´Estartit. Tienen otro en Gerona mucho más grande. Este es un sitio cuco, con una terracita agradable, que es donde siempre nos sentamos a comer/cenar. Por dentro tiene una pequeña barra de bar y la decoración típica de estos restaurantes temáticos. Este día fuimos a comer.


Éramos 6 personas, asi que pedimos 4 platos para compartir y un segundo cada uno. Decidimos acompañar la comida con 2 jarras de sangría, que por cierto estaban muy ricas, con poco azúcar y con 4 cervezas Pacífico, 2 Negra Modelo y 2 botellas de agua en total.


Los platos para compartir fueron 4:

-Sincronizada: unos triángulos de jamón y queso que se asemejaban a mini-sandwich, que estaban bastante ricos y bastante ligeros, en vez de pan eran de tortita de maiz.



-Nachos tricolor: míticos nachos con 3 salsas mexicanas entremezcladas, unas picantes, otras no. En cualquier caso no es un plato muy picante. Como en todas las cartas mexicanas te ponen una cantidad de dibujitos de chilis según lo picante que sea el plato. Yo creo que siempre se quedan cortos, pero me parece lógico.


-Fundido de queso: Una cazuelita con queso fundido acompañado de tortitas de maiz,que desde mi punto de vista estaban muy ricos.



-Jalapeños mix: 6 jalapeños rebozados, 3 rojos y 3 verdes. Los verdes pican más pero tampoco una pasada.



Los segundos platos fueron:

-Alitas de pollo bufalo: Con una capa muy crujiente externa que le daba un toque especial. Es uno de los platos para recomendar según su comensal.


-Pechuga de pollo población: Pechuga de pollo cortada en tiras grandes en una salsa que se asemejaba mucho a la bechamel. El resumen fue que resultó un plato muy insulso y quiza algo cansino.


-Enchilada roja: Servidos como dos canelones grandes con queso gratinado y salsa roja. Estaba muy bueno. Y la cantidad era perfecta, me quedé llena.


-Costillas rancheras: Un buen costillar asado con salsa barbacoa, pudimos probarlas todos y estaban muy bien hechas y muy jugosas.


-Fajita de pollo: que nunca decepcionan.


-Burrito de chili con carne: estaba bueno, pero el comensal que lo pidió buscaba algo realemnte picante ya que tenía 4 dibujitos de chili y no fue asi.



De postre comimos 3 helados de alguna casa comercial. Menta Poleo, 2 cafés y 2 orujos de hierbas

Como el dueño es amigo nuestro ya que cada verano aparecemos por su restaurante, nos invitó a una sangría y el total fue de 26 euros por cabeza.

Por supuesto recomendable, dan desayunos mexicanos, todavía no los hemos probado, pero seguro que algún día tendremos la oportunidad y la valentía.

Os dejo en link de la ubicación: http://maps.google.es/maps?hl=es&bav=on.2,or.r_gc.r_pw.r_qf.,cf.osb&biw=1124&bih=513&q=mister+taco+estartit&um=1&ie=UTF-8&ei=jWudT6yVKc-YhQfWoMjoDg&sa=X&oi=mode_link&ct=mode&cd=3&ved=0CA8Q_AUoAg

jueves, 12 de abril de 2012

Restaurante chino Les Pates Vivantes(Paris)

La Horadada de viaje de nuevo!!!! La gente pensara porque ir a Paris a probar un restaurante chino;y porque no si es bueno y original??

Paseando por la capital francesa nos encontramos con este pequeño y curioso restaurante chino, nos llamo la atencion al instante ya que la cocina se ve desde la calle y estaban haciendo la masa de tallarines; tenian una pinta que no podiamos dejar pasar.

El restaurante no es demasiado grande y tuvimos la suerte de que quedase una mesa para dos libre. Como en la mayoria de restaurantes en Francia, las mesas estan muy juntas y en algunos casos para pasar has de mover una mesa de al lado, y este restaurante no iba a ser menos.

Con una carta mas amplia de lo que parecia indicar el tamaño de la cocina, empezamos a ojear que podiamos cenar: tallarines erauna opcion segura, pero siempre esta bien cotillear por ver si encuentras algun otro manjar exotico escondido en la carta. La mayoria estaba compuesta por multiples versiones de tallarines, y ademas se especificaba las distintas zonas de China a las que pertenecian cada receta.



Una de esos platos exoticos que encontramos fue una ensalada de medusa, basicamente medusa y pepino, y no estabamos muy convencidos de si nos gustaria pero la verdad, fue un plato buenisimo, mucho sabor, muy fresco y una textura muy curiosa.



Al nos estar muy seguros de como saldria este primer entrante pedimos una especie de gyozas chinas fritas, y la verdad estaba buenisimas, pero frente a la medusa anterior la verdad es que no nos sorprendio tanto ni por sabor ni por el plato en si.



Ya como platos principales pedimos unos tallarines con pollo y verduras. El tazon muy amplio, asi que podria haber sido tranquilamente plato unico, y tenian un sabor muy bueno con un toque final un poco dulce que hacian que fuese una delicia , con un sabor de los tallarines increible.



Yo por mi parte, como ya sabeis algunos, soy un amante de los sabores fuertes y picantes,de esos que no te dejan indiferente, y me decante por unos tallarines picantes con tofu y anguila. El color como veis rojo fuego y el sabor no defraudo: fuerte pero manteniendo el sabor de la anguila, con bien de col china y tofu. Me encantaron, otro tazon tipo plato unico, es decir, hay que ir con hambre.

Todo esto lo tomamos con 4 cervezas chinas TsinTsao, que sin ser una gran cerveza estaba decente, nos salio al final cenar por 35 euros, que para una ciudad como Paris se puede considerar barato, y mas teniendo en cuenta que comimos mas de la cuenta (por lo menos un entrante sobraba).

Sitio muy recomendado!!!

Os dejo la pagina del restaurante para que podais cotillear.

domingo, 8 de abril de 2012

Cuca la Vaina, en Castrillo de los Polvazares (León)

¿Alguna vez han oído hablar del Cocido Maragato? Cuenta la historia que durante la edad media los soldados castellanos debían entrar en combate en momentos inesperados. Es por esto que tomaban el cocido en un orden inverso al que hoy en día entendemos. Esto es sencillo de imaginar, si vemos la lista de reyes visigodos y los escasos tres años que duró por ejemplo el reinado del bueno de Mauregato. Eran tiempos convulsos para los cristianos. Además del ánimo expansionista del Imperio Español. En definitiva, si no fuera por la fiereza del siempre presto contingente castellanoleonés, quizá hoy no tendríamos alcaldes, corruptos ellos y ellas, sino califas. Seguirían siendo igualmente corruptos, pero ¿se imaginan Vitoria sin su Lehendakari?


Al lío! Con motivo de la Semana Santa nos dirigimos a León a pasar unos días. Es curioso como afecta a las ciudades el asunto de las procesiones. No tengo un gran interés por ellas, pero en esta ocasión, por visicitudes del destino terminó por influir en nuestro destino gastronómico. En un inicio este habría sido Astorga, uno de esos enclaves que Gaudí eligió para honrar con una de sus preciosas construcciones. No son tan numerosas como las del tío Florentino, pero sí mucho más especiales. El caso es que en León "limpian" las calles de coches con motivo de sus procesiones. Mi coche no fue una excepción y fue en ese momento en que experimentamos la hospitalidad de los lugareños. De manera fortuita conocimos al conductor de la grúa que retiraba uno de los muchísimos coches que a la postre rebosaron el depósito municipal, hasta el punto de tener que acumular los vehículos "agraciados" en la calle. Uno de los autores, mandado él, de esta debacle, se ofreció a llevarnos en la grúa ejecutora hasta el depósito. Este nos advirtió de que Astorga era un lugar donde el cocido maragato se ha extendido hasta cualquier bar de menú del día, y nos recomendó un pueblo cercano, protegido de la construcción, con un encanto similar a la Santillana del Mar de mi Cantabria natal. El pueblo en cuestión era Castrillo de los Polvazares, un pueblo entero de piedra. Además, nos emplazó a preguntar al policía que gestionaba el depósito municipal, muy ducho en la materia. Este, lamentando nuestro incidente, y tratándonos muy amablemente ahorrándonos algunos trámites, nos recomendó el Cuca la Vaina. Nos sugirió reservar, lo cual hicimos, comprobando que está realmente concurrido. Y así es como recuperamos el coche y llegamos a dar con un sitio muy recomendable.


Para llegar al Cuca la Vaina hay que pasar por una señal de "Reservado solo a residentes" con el aparcamiento de turno al lado. Además, tuvimos que cruzar un riachuelo con el coche, al más puto estilo Camel Trophy. El Cuca la Vaina es un local don dos estancias, una es una terraza cerrada, y otra un típico comedor.





















Lo bueno del cocido maragato es que todo va muy rápido. Nada mas sentarte solo tienes que elegir el vino y ya todo va rodado. En la provincia de León hay dos denominaciones de origen: Bierzo y Tierra de León. La elección fue la segunda, un Señorío de Chozas, mono-variedad de uva Prieto Picudo en barrica de roble. Un vino más apto para amantes de Rivera de Duero que para aficionados al Rioja. Sabor intenso, mucho cuerpo y un color que ni un Toro. Y por último, he de confesar que pedí una Coca Cola. Craso error a la hora de tomar un cocido, que ya es una comida intensa de por sí. Esto ha de tomarse con agua y vino. Aunque lo cierto es que la digestión fue liviana, pese a lo intenso de los alimentos.





















El pistoletazo de salida consiste en unas rodajas de tomate y … TODOS LOS SACRAMENTOS. A saber: chorizo, morros de cerdo, lengua, costilla, tocino, ave, carne de zancarrón, y uno de estos rebozados de pan remojado en la sopa del cocido. Esto es lo que a simple vista se podía reconocer. Con esto los soldados tendría la proteína suficiente para calzarse la cota de malla y liarse a mamporros con el mayal.

















Y lo cierto es que se me hacía extraño toda esta proteína sin mis queridos hidratos. Por esto pregunté si sería posible que nos sirviesen ya los garbanzos con su repollo. Me dijeron que esto era algo que siempre pedían los gallegos por esa zona. Pues nada, buena gente los gallegos, muy sensatos… les alabo el gusto!

















Ya con toda la mezcolanza en el plato yo solo rebosaba felicidad. Ni Albano y Romina podrían decirlo mejor. Un plato imperial, si señor. Muy similar a un cocido madrileño, pero con algo de morro y otras partes gelatinosas que tanto me gustan de la matanza del cerdo. De este maravilloso animal se aprovechan hasta los andares. Lástima que no se pueda hacer rabo de cerdo.

















Y una vez asumido el reto, no sabía si podría lograr tan osada gesta. Pues bien, era tan delicioso que di buena cuenta de TODO el plato. Me serví hasta que rebosara el mismo, pero era imposible terminar con los sacramentos de la fuente. Había como para cinco o seis personas, y nosotros éramos dos. Dicho sea de paso, mi ayudante no cumplió con su misión de ayudar.


















Y ahora viene el punto que no entiendo muy bien. Una sopa tras este majestuoso homenaje. Pues como que no entra muy bien, la verdad. La finalidad de este plato es entonar un poco el estómago, mientras se termina de prepara el plato esencial. Por tanto, me parece que no procede mucho que hoy en día se mantenga la tradición de tomar estos platos en orden invertido. Es más, hay quien prefiere echar los garbanzos en la sopa, y sobre esta jugosa mezcla añadir algunos sacramentos. Con esto tendríamos el plato "total". Pero no tiene sentido comer carne, después garbanzos y cuando ya estés lleno meterte una sopa. Siempre me ha gustado respetar el "allí donde fueres haz lo que vieres", pero lo cierto es que hay tradiciones que están abocadas a ser suprimidas. Señores, lo más que haremos en pleno siglo XXI es echar una siesta, por mucho que hace diez siglos fuesen a darse unos mamporros. Las formas de divertirse van cambiando, ahora podríamos cambiarlo por la tradición de engullir limonadas en Semana Santa en León. Se supone que por cada limonada que se bebe uno, se mata a un judío. Pues para esto si que tuve una gran cobertura por parte de mi ayudante. Dimos cuenta de un buen regimiento de estos. Wall Street se vería bien resentido de antepasados. Ya sabemos que esta gente amasa el dinero en el mundo desde tiempos inmemoriales, pero esto ya es otra historia.

















Y ya para rematar, unas natillas con un poco de bizcocho casero. Es genial poder hacer unos barquitos. Y dicho sea de paso, algo dulce es de lo más acertado para cambiar el sabor.

















Llegados a este punto, ya la cosa depende un poco de los regentes de la casa, pero lo mejor es un buen digestivo. En este caso nos dieron a elegir entre el típico orujo de hierbas, y una crema de orujo con sabor a café jamaicano elaborado en Lugo. Al final, por supuesto, probé los dos. El orujo de hierbas estaba muy muy fresquito, y cumple con su misión de ayudar a la digestión.


















En definitiva, una buena experiencia la del cocido maragato en cuestión. No obstante, recomendaría al que quisiera tomar uno, que siempre que no se lo tomen muy mal los más puristas, se pidiera al jefe de cocina invertir el orden y comenzar con el caldito, para rematar con los garbanzos entremezclados con los sacramentos y el repollo. Aún así, conductor de grúa mediante, quisiera apuntar que es curioso que en una región de Castilla, las especialidades de la mesa sean más típicas de Asturias y Galicia, que de la meseta. Pero es que lo cierto es que la corona de León históricamente ha tenido mucha relación con el Reino de Asturias y Portugal. Cuando los primos ibéricos tenían unidos sus designios junto a los nuestros. En las cartas de León es más típico ver pulpo con cachelos, bacalao, besugo o cualquier otro pescado, o platos con almejas que no comerse un buen lechazo. Tampoco lo es en el caso de un cochinillo, siendo tan típico en la matanza. Dicho sea de paso, me extrañó mucho no encontrar en el cocido maragato lo mas típico de León, la morcilla de puerro. Tal y como rezan las campañas de turismo gastronómico, el "caviar de León".