A última hora tuvimos que cambiar el número de comensales de 5 a 7 y con apuros nos acabaron ajustando la mesa para que estuviésemos bien cómodos. La parte negativa es que la mesa estaba pegada a la puerta. El local tiene muy buena presentación, con manteles blancos impolutos,vajilla blanca y tablitas de pizarra para dejar el pan. Muy buen aspecto. En ese momentos pensamos en que iba a ser una comida de detalles como suele acostumbrar este tipo de restaurantes. Nos equivocamos.
Para empezar, al llegar nos señalaron una silla para dejar los 7 abrigos, algo sorprendente ya que a la entrada había un ropero que se utilizó para otro tipo de comensales.
La carta tiene platos más o menos tradicionales, corta, como se acostumbra ver ahora. Además nos contaron lo que tenían fuera de carta. Había muchos alimentos de temporada con producto de calidad aunque a mi modo de ver un poco inflada en algunos platos. Nuestra idea era pedir platos para compartir pero el camarero no nos lo recomendó, asi que nos quedamos con un entrante y un plato principal por cabeza.
Comentar que tampoco tuvieron el detalle de servir un entrante de la casa o una degustación de aceites como suele ser también lo común en este tipo de restaurantes.
Todos los entrantes nos gustaron bastante a excepción de uno que era una ensalada de pichón con helado de foie. El helado que iba de acompañamiento junto con la carne no pegaba demasiado y las 3 personas que se lo pidieron coincidieron en este aspecto. Los alimentos fríos restan sabor y creo que en este plato no es necesario.

Pedimos dosplatos de huevo escalfado con trufa negra, sobre un puré de patata y con una salsa de trufa blanca. Parece ser el entrante estrella y no defraudó, estaba exquisito.



En total pedimos 6 entrantes para 7 comensales, ya que dos compartieron la ensalda, que para mas inri no les gustó.
En los platos principales, la mayoría de la gente se decantó por pescado pero algunos irreductibles cántabros no dejamos pasar la opción de comer carnaza.
Pedimos unos begihaundis en su tinta, que la persona que se los comió no dejaba de comentar lo buenos que estaban. El begihaundi es un cefalópodo de la familia del chipirón, calamar,...que puede alcanzar el medio metro de longitud. La salsa estaba sabrosísima, bastante gruesa de textura y abundante.

Dos personas compartieron un sapito o rape. Antes de emplatarlo nos lo sacaron entero ya cocinado para que viesemos el tamaño. Lo presentaron con la mitad de rape en cada plato y la cabeza la dejaron en medio. Nos pareció curioso y un acierto, ya que una de las comensales se muere por las carrilleras del pescado.


Como último plato de pescado pedimos un taco de bacalao con hongos, muy rico en su punto y con una guarinición de hongos muy buena.

Los dos que queríamos carne nos decantamos por algo tradicional como es un chuletón, le preguntamos a la chica si estaría bien para dos chicos de nuestro tamaño y nos dijo que dependia de la pieza, esta podia ir de 1,1kg a 1,4kg. Su explicación me pareció más que pobre, porque si va a ser para comprartir no es lo mismo que se trate de una pieza de 1kg escaso a 1,5 kg y dejarlo a la providencia, pues me parece un detalle no demasiado adecuado. La pieza que nos saco para mi era algo pequeña para dos personas aunque no para pasar hambre la verdad, venía servida con unas patatas fritas y unos pimientos asados muy buenos, la calidad de la carne muy buena también.

Una vez acabados los platos principales, nos pasaron una carta de postres, con algunos nombres sugerentes y otros detalles "curiosos" como un postre que podia ser arroz con leche, natillas o yogur?? todo en la misma linea, al final no se si lo entendimos bien y dependiendo del día este postre podía ser una de esas 3 cosas o si lo hicieron por ahorrar espacio en la carta.
Fuera de carta había una trufas de chocolate, que fue lo que me pedi yo, 6 trufas de dos tipos las compactas de toda la vida, muy caseras y muy ricas, las otras estaban espolvoreadas con azucar glass y estaban huecas, y en ese hueco habian metido chocolate liquido....muy muy ricas.

Pedimos el susodicho arroz con leche (natilla o flan), tambien adecuado. Se trataba de arroz con leche servido en un kaiku.

Pastel vasco, que estaba muy bueno.

Un postre que nos encanto, fue una especie de timbal de chocolate, relleno de chocolate, este como digo todos los que los probamos quedamos encantados.

Comimos los 7 con 3 botellas de agua y dos de vino, un blanco, un alabariño de la bodega Do Ferreiro que nos encanta y un tinto del priorato, un Onyx, ambos vinos estabas muy buenos e iban perfectos con la comida.
El coste total de la comida fue de 54 euros por persona, precio para mi modo de ver muy alto para lo que comimos y las botellas de vino que tomamos, entiendo que por bilbao hay mejores sitios a mejor precio que este restaurante.
Os dejo el link del mapa con la ubicacion del restaurante.
No sé cómo dejáis las cámaras en manos de determinados personajes... luego salen las fotos que salen.
ResponderEliminarAprended de Mr Maguasi, que consigue que en la foto de las trufas no se aprecie a cuál le había pegado ya un tiento yo.
Sigo con detalle vuestras recomendaciones.¡Me gusta! ;D
ResponderEliminarAlgunos fotografos son como para echarles del pais.....
ResponderEliminarInes me alegro de que te gusten las recomendaciones que hacemos aqui....