Aprovechando una celebracion familiar nos acercamos a este restaurante del que tan buenas reseñas había recibido. Han cambiado de dueños y parece ser que están haciendo muy bien las cosas por lo que nos pasamos a comprobarlo en persona.
El sitio tiene un parking muy amplio y cómodo y dispone de un espacio enorme dividido en diferentes zonas, con una terraza incluida. Se puede ir directamente a la terraza para comer unas raciones tipo tapeo o reservar para comer en el restaurante propiamente dicho.
La carta es un poco pequeña para mi gusto, con cuatro opciones de carne y otras tantas de pescado. De entrantes y ensaladas ya va mucho mas surtida, deberían tener más opciones fuera de carta, pero a nosotros no nos las ofrecieron, no se si por olvido o porque se habían acabado, este punto fue de lo que menos me gusto.

Una vez pedimos y mientras esperábamos, nos sirvieron el aperitivo para amenizar la espera de la comida, en este caso era un vasito con una crema de hongos y café, la primera en la frente, no me gusto nada, pero ésto se debe sobretodo a que no me gusta nada el café, es más, me echa para atrás cualquier cosa que recuerde a este sabor, a la gente que si le gusta el café quedó encantada.

Pedimos varios entrantes para compartir, como he dicho hay más variedad de estos que de platos principales, el primero que nos sirvieron fue uno muy curioso que era anchoas con tomate y "pan de cristal", esto último nos tenía intrigados por el tipo de pan que sería y era una mezcla entre pan y hojaldre, con el sabor de las anchoas y el tomate formaban una combinacion buenísima, me encantaron!!!!

Después trajeron una ensaladilla rusa, que es el plato preferido de uno de los comensales y que como curiosidad revuelven delante tuyo, de ahi que la foto parezca que está poco presentado, pero no me dio tiempo ha hacer una foto al plato con su presentacion adecuada. La ensaladilla me gusto pero tampoco era una cosa del otro mundo.

Como no podía ser de otra manera pedimos también unas croquetas de jamón, la ración no era pequeña y eso ya es algo de agradecer que últimamente las 6 croquetas es la media de las raciones de las mismas, éstas tenían una bechamel muy suave y un toque a jamón muy rico, a mi personalmente me encantaron.

Como último entrante y que inicialmente no estaba planeado ya que no lo vimos en la carta, estaban las rabas, estas se las vimos servir a otra mesa y preguntamos, éstas eran de calamar y estaba riquísimas, no dudeís en pasar aunque sea a comer una simple ración de ellas con una caña porque merecen la pena.

Ahora paso a describiros los platos principales que pedimos cada uno, fuimos 5 y ninguno coincidió con nadie más, el primero de ellos fueron unas carrilleras con crema de hongos, sólo por el olor que despedia el plato a uno ya se le hacía la boca agua y después de probarlo sólo hacías que confirmar lo que tu nariz insinuaba, buenísimas!!

Pedimos también un solomillo de ternera con salsa de vino tinto, la carne de una calidad superior y en su punto, como único pero estaba la escasa guarnición, que mucha gente siempre espera con el solomillo.

Siguiendo con la carne comimos también unos callos de ternera guisados con chorizo y morcilla lebaniega, por la velocidad que se acabaron debían de estar muy buenos, a mi la casquería no es santo de mi devoción, por lo que no entro a valorarlos más.

De pescado pedimos unas albóndigas con salsa de hongos, las albóndigas estaban hechas con salmón, merluza y rape y estaba muy muy ricas, con una salsa suave y ligera que las hacía un bocado delicioso.

Yo pedi un bacalao con tomate y pimientos asados, este es un plato relativamente sencillo pero que es una cosa que me encanta, suelo pedirlo muy amenudo y en este caso he de comentar que estaba muy rico, con un sabor muy bueno el tomate y el bacalao también en su punto.
Aunque parezca mentira después de todo eso aun tuvimos ganas de pedir postres!!!! Pedimos 4 y fuimos incapaces de acabarlos, ahora vereís el por qué!

El primero fue un tiramisú con helado de café, a mi el café me echa para atrás pero la persona que se lo comió no paraba de sonreir, asi que asumo que estaba fracamente bueno.

Pedimos también y plato con 3 tipos diferentes de helados, este estaba bueno pero no dejaban de ser tres bolas de helado, muy bien presentadas eso si.

Nos recomendaron también, como postre estrella la tarta fina de hojaldre y manzana con helado de vainilla, este postre tarda unos 12 minutos en hornearse y por eso vino el último, la verdad estaba rico, pero a la mayoria le pareció gustar mas el tiramisú.

Yo por último pedi un postre que como todos sabeis me encanta y es el queso! Encima tenían una selección de quesos cremosos de Cantabria, asi que no pude resistirme, un consejo pedirla entre varios porque la ración es muy contundente y abundante, ponían 3 tipos de quesos, uno bastante fuerte, otro más intermedio pero con un toque ahumado y un último mucho más suave que los anteriores, pero con un toque ahumado mucho más prominente, me encantaron los fuertes, el suave no me hizo demasiada gracia. Venía servido con 3 tipos de membrillo diferente, con hierbas aromáticas diferentes en cada uno.
Todo lo pasamos con agua y una botella de petalos del Bierzo, que es un vino no demasiado caro y que a mi me gusta mucho, con ese punto ácido caracteristico de la uva mencía.
El total de la comida fue de 35 euros por cabeza, que para la atención, el sitio y la comida me pareció muy adecuado, las raciones son generosas y la comida de calidad, volveré seguro!!
Os dejo la página del
restaurante donde tienes toda la información para reservas como llegar y carta con precios.