jueves, 21 de junio de 2012

Casa Félix (L´Estartit)

Vacaciones de Semana Santa en mi querido L´Estartit, pueblito costero perteneciente a la Costa Brava en Gerona. Un pueblo muy pocholo, con mucha vidilla, sobretodo en épocas de verano y vacaciones. Es una muy buena opción para aquellos que tengan como afición el submarinismo, ya que alli están las Islas Medas, reserva natural marina desde 1983, que se ha convertido en un paraiso a nivel nacional para los buceadores. Hasta el momento se han catalogado en el fondo marino 1350 especies animales y vegetales, entre ellos: coral rojo, raya común, corvallo/corvina, mero, barracudas y langosta. Aquí os dejo una foto desde Rocamaura (una montaña justo pegada al pueblo).




El pueblo tiene una interesante oferta gastronómica, pero la Semana Santa tiene pocos días y no da para visitar muchos restaurantes. Como fuimos con una pareja que no conoce el pueblo, decidimos visitar un par de viejos conocidos que sabemos que nunca fallan.



El que nos ocupa esta crónica es el Casa Félix, conocido por el pescado fresco que ofrece. Está regentado por una familia. Tenemos amistad con los dueños y la verdad es que siempre nos tratan de maravilla, pero hemos de reconocer que todos los amigos que han ido a este restaurante coinciden el que el trato es bueno, muy amigable y risueño. No tiene pérdida, siguiendo el paseo marítimo en dirección al club naútico, está frente al puerto.




Tiene una terraza de madera muy cómoda con unas 10 mesas, preparada para todo tipo de inclemencia metereológica. Nosotros tuvimos suerte y sólo necesitamos usar el toldo para cubrirnos del sol. Dentro tienen un par de peceras de agua salada donde tienen algunos de los peces que puedes comerte, más fresco imposible.




Una vez sentados nos sacaron como aperitivo invitación de la casa un par de platos de chorizo cortado en rodajas traido de Ávila acompañado de pan tumaca, especialidad catalana. El chorizo estaba exquisito. Había tanta hambre y tenía tan buena pinta que se nos pasó hacer la foto.




Nos quedamos con hambre de embutido, asi que a parte del aperitivo, pedimos 2 platos de surtido ibérico. ¿Qué decir? Si el chorizo estaba bueno, imaginad el lomo, el fuet y el jamón! Muy sabroso, y de verdad que el pan tumaca es un acompañamiento perfecto.




Además una ración de pulpo a la gallega, estaba muy hecho, muy blandito, el pulpo es un alimento difícil de agradar a todo el mundo porque los hay que lo prefieren asi y los que lo prefieren más durito. En cualquier caso estaba muy bueno.


Y viene el momento que más me gusta de los restaurantes especialistas en pescado, que es cuando te sacan la oferta del pescado fresco de día. Cada uno tiene su teoría de cuáles son las caracteristicas de un pescado fresco, yo a parte de hacer caso a esas cualidades, suelo elegir el que mejor pinta tiene y más me entra por el ojo.


Dos de los comensales se decantaron por la sepia. Acompañada de tomate y patatas chips con una salsa de aceite, ajo y perejil.




Y el resto compartimos una escorpora, cabracho, recién sacado del vivero de 1,200 kg. Nos lo sacaron vivo a la mesa para que confirmásemos que era el del vivero.




Nos pusieron un plato a cada uno con patata asada y dos rodajas de tomate, en el que nos servimos nuestra ración de cabracho.



Qué decir del pescado, estaba muy sabroso, en su punto y disfrutamos comiéndolo. No era una ración muy grande, pero suficiente ya que el embutido y el pan nos llenaron en buche previamente.




Los postres fueron Milhojas de vainilla, casero. En realidad todos los postres eran caseros. Este estaba exquisito.




Soufle de Cointreau, quizá el más soso. Lo pedimos por la curiosidad, estaba bueno, la presentación muy bonita, pero fue el menos valorado, eso si, no quedó nada en el plato.




Dos tartas de queso caseras, buenísimas.la mermelada de frutos rojos estaba sabrosísima. Y una vez más una bonita presentación.




Crema catalana, también casrera. La comensal comenta que en este caso estaba poco sabrosa, y que lo mejor fue el caramelo que la cubre por encima. Aun y todo se la comió entera.




Acompañamos la comida con 4 botellas de vino turbio y dos de agua con gas. El vino turbio es un vino blanco gallego, que como bien dice la palabra es turbio. Antes de abrir la botella lo agitan bien para homogeneizarlo. Está muy rico, en un Riveiro flojito pero con la misma graduación, asi que tiene su peligro.




Tras la comida se pidieron 2 cafés y 2 orujos de hierbas. El precio por persona fueron 30 euros. Nos pareció adecuado.

Desde luego es uno de mis restaurantes preferidos de este precioso pueblo y que recomiendo a todos los que leaís este blog y tengaís la oportunidad de ir de vacaciones a la Costa Brava.